domingo, 12 de abril de 2009
Me levanto temprano, moribunda, perezosa resucito, bienvenida al mundo con noticias asesinas. Me tomo el desayuno. Camino del trabajo en el metro, aburrida vigilo las caras de los viajeros compañeros en la rutina y en los bostezos. Y en el asiento de en frente, un rostro de repente, claro ilumina el vagón, en sus gestos traen recuerdos, de otros paisajes, otros tiempos en los que una suerte mejor me conoció. No me atrevo a decir nada, no estoy segura, aunque esos ojos sin duda son los suyos, más cargados de nostalgia, quizás mas oscuros. Pero creo que eres tú, y estas casi igual, tan hermoso como entonces, quizás mas. Sigues pareciendo el chico más triste de la ciudad. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde los primeros errores? ¿Del interrogante en tu mirada? La ciudad gritaba y maldecía nuestros nombres, jóvenes promesas, no, no teníamos nada. Dejando en los portales los ecos de tus susurros, buscando cualquier rincón sin luz, agarrate de mi mano que tengo miedo del futuro, y detrás de cada huida estabas tú. En las noches vacías, en que regreso, sola y malherida, todavía me arrepiento de haberte arrojado, tan lejos de mí cuerpo. Y ahora que te encuentro, veo que aún arde, la llama que encendiste, nunca, nunca es tarde, para nacer de nuevo, para amarte. Debo decirte algo, antes de que te bajes de este sucio vagón y quede muerta, mirarte a los ojos y tras de recordarte, que antes de rendirnos, fuimos eternos. Me levanto decidida y me acerco a ti, y algo en mi pecho se tensa, se rompe. ¿Cómo estás? Cuánto tiempo, ¿te acuerdas de mi? y una sonrisa tímida responde: Perdone, pero creo que se ha equivocado... Disculpe señor, me recuerda tanto a un hombre que conocí hace ya algunos años. Mas vieja y mas cansada vuelvo a mi asiento, aburrida vigilo las caras de los viajeros, compañeros en la rutina y en los bostezos...____ ♫
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